Pero no sólo desde la más altas esferas del poder ejecutivo se estuvo contra los trabajadores para congraciarse con la empresa yanqui: la CGT de Moyano, el más importante sostén del gobierno, recuperó el macartismo de la derecha peronista en los 70 hablando de la “ultraizquierda” en lugar de hablar de los trabajadores que perdían su trabajo, y ninguna organización popular kirchnerista acompañó efectivamente a los trabajadores en los más de 40 días que dura el conflicto, ni se los escuchó repudiar la represión. Aún con sus limitaciones, fueron la izquierda partidaria e independiente, los estudiantes y organizaciones barriales quienes estuvimos al lado de los laburantes, dimos visibilidad al conflicto y logramos que toda la sociedad se vea interpelada por una consigna que, aunque circula desde hace meses en periódicos y afiches, no había superado los ámbitos militantes: “que la crisis no la paguen los trabajadores”.
Los despidos en Terrabusi, aún con su importante dimensión para el conjunto de los trabajadores y el pueblo, conforman apenas uno de los tantos conflictos de envergadura en desarrollo o que se vienen. Otras luchas obreras, barriales o de desocupados cuestionarán también a otros factores de poder, como empresas multinacionales, monopolios (comunicacionales y de los otros) o gobernadores o intendentes del conurbano, quienes también pedirán represión. Si el proceder ante el conflicto de Terrabusi va a marcar el modus operandi del gobierno, pasos positivos como la Ley de Servicios Audiovisuales, o un nuevo proyecto de reforma del sistema tributario que anuncian, quedarán diluidos en un marasmo de crecientes rechazos desde abajo. Si la misma pasividad, falta de compromiso, complicidad con los poderosos y justificación de la represión que se mostró desde quienes sostienen al “proyecto K” van a ser la forma de encarar la difícil situación que se presentará a partir de las luchas populares que ya se esbozan con más fuerza, el gobierno tendrá otros motivos de preocupación, más allá de la “derecha” antipopular y reaccionaria que acompañó a las patronales agroexportadoras y batalla contra la ley de Medios. De parte del pueblo, los sectores que desde hace rato dejaron de ver al kirchnerismo como una opción real de defensa de sus intereses, acrecentarán su rechazo y su lucha contra esa misma "derecha" empresarial, comunicacional y política, pero también contra el gobierno si se muestra funcional a esos intereses, como en el caso de Terrabusi. Deberemos ser l@s propios trabajador@s y el pueblo quienes nos vayamos volcando a la lucha para ser quienes, organizados, nos defendamos del hambre, la exclusión y la voracidad del capital.
Por eso, como sucedió el viernes con la resistencia en Terrabusi pero también con muestras activas de solidaridad en Capital, La Plata, Cipolleti y en otros puntos del país, convocamos a manifestar este lunes en reclamo de la reincorporación inmediata de los despedidos, en Capital, en Rosario, y en cada punto del país donde se convoque a la solidaridad activa con los trabajadores y en repudio a la represión.